domingo, 30 de octubre de 2016

CAPÍTULO 2: De Extremadura llegamos


Benquerencia de la Serena era un pequeño y entrañable pueblecito de la provincia de Badajoz. Se había iniciado la década de los setenta y la crisis de aquellos años estaba haciendo estragos en numerosas familias benquerencianas que, sin remedio, tenían que
emigrar para buscarse el sustento y encontrar nuevos horizontes.

Manolo y sus tres hemanos: Emilio, Luis y Felisa pertenecían a una familia acomodada a la que poco a poco se le iban acabando los recursos económicos.

Manolo rondaba ya los veinticinco abriles. Había terminado Magisterio y estaba novio con Rosa, una preciosa chica de la Roda.
Como había que mirar por el bien común la familia decidió emprender una nueva vida fuera del pueblo.

La mayoría de los benquerencianos estaban emigrando a Bilbao, Barcelona y Madrid así que para después poder tomar la decisión definitiva Manolo y su suegro Manuel( el Roso) decidieron a viajar a dichos lugares para conocer "in situ" las posibilidades trabajo y vivienda.

Madrid no les convenció porque el precio de las viviendas era desorbitado así que emprendieron viaje a Barcelona.
Cuando llegaron a la capital catalana tomaron un tren de cercanías y se dirigieron a Les Fonts de Terrassa lugar en el que vivían algunas familias benquerencianas que habían emigrado años atrás.

Por toda la zona, muy cercana a Terrassa, había numerosas empresas así que el trabajo estaba prácticamente asegurado. Además les dijeron que a pocos metros de allí se estaba construyendo una nueva urbanización: Can Parellada en la que los pisos tenían unos precios bastante asequibles. Al día siguiente fueron a verla. 

Había ya construidos tres bloques de cuatro escaleras cada uno y cinco pisos de altura. En los bajos locales comerciales. El encargado de la urbanización, Sr. Juan , les estuvo dando la información que necesitaban y a los pocos días regresaron a Benquerencia con la decisión tomada: Can Parellada sería el lugar de residencia de ambas familias. 

El día 30 de noviembre nueve miembros de las dos familias abandonaban el pequeño pueblo y en un autobús de Zalamea(Poli y Rosendo) emprendían un largo viaje camino de Barcelona. 

Aún recuerdo las lágrimas de la partida al salir de Benquerencia y a medida que avanzaba el viaje la ilusión por emprender una nueva vida en otras tierras se fue apoderando de todos.

Después de veintiocho largas horas de camino el autobús llegó a nuestro destino: Les Fonts de Terrassa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario